Tortilla de patata refrigerada, el caldo de la abuela en tetra-brik, paella individual preparada, ensaladas listas para comer o de quinta generación. Son los productos que triunfan hoy en día en la cesta de la compra. ¿El motivo? La sociedad está cambiando. La familia tradicional está siendo desbancada en cuanto a gasto en consumo por los denominados hogares emergentes: unipersonales, monoparentales, singles (solteros) y dinkis (parejas sin hijos y doble renta). Estos colectivos representan ya el 56% del gasto total de productos de gran consumo (unos 33 millones de euros), frente al 44% de los hogares llamados nucleares (familias con hijos en edad escolar), como confirma el estudio Nuevos modelos de hogar: todo un reto para la innovación, elaborado por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) y la consultora TNS Worldpanel.
Los hogares unipersonales han experimentado un crecimiento de un 340% desde los años 70 hasta ahora, pasando de ser un 7,5% a un 20,3% en la actualidad. En España hay ya tres millones de casas con un solo habitante, cuyo gasto per- cápita en productos de gran consumo es un 65% superior a la media. Según el presidente de Aecoc, José María Bonmatí,“los cambios que se han producido en nuestra sociedad han hecho que los hogares que hemos clasificado hasta ahora como no tradicionales son ya mayoría. Es un tipo de hogar que no sigue las pautas de consumo establecidas hasta ahora, tienen hábitos y necesidades diferentes y están obligando a la industria a reflexionar desde el punto de vista de lanzamientos de nuevos productos”.
Tradicionales pero menos
Estos cambios sociales también afectan a los hogares más tradicionales, que a veces se comportan como unipersonales porque cada miembro de la familia lleva horarios diferentes o tiene gustos distintos. La incorporación de la mujer al mundo laboral ha sido determinante en estos comportamientos.
La individualización de la sociedad lleva a que las empresas de alimentación tengan que presentar sus artículos en formatos más reducidos y la mayoría de las marcas han lanzado nuevos productos más prácticos de usar y rápidos de preparar. Esta es una tendencia que se está consolidando en toda Europa y sólo las empresas que innoven en esta dirección podrán conseguir altos niveles de crecimiento.
Para Xavier Lesauge, experto de Node, consultora pionera para la Innovación Aplicada y el crecimiento empresarial, “un ejemplo de un alimento básico que ha tenido que adaptarse a los nuevos tiempos es el arroz. El producto original era la bolsa de 250 gramos, luego han ido apareciendo variedades cada vez más sofisticadas (que no se pase, integral, bomba, basmati), luego, ya preparado y, lo último, listo para comer y en envases individuales. Esta evolución se da también en otros alimentos como verduras, postres, sopas o últimamente los caldos, que están teniendo una aceptación tremenda. Un producto que antes requería horas de cocción y ahora sólo tienes que calentarlo en el microondas. El segmento de los platos preparados refrigerados (gazpachos, tortillas, pizzas...) también está obteniendo en los últimos años crecimientos del 30%”.
Cenar delante de la tele
Los nuevos hogares consumen habitualmente cocina sencilla y práctica, y menos guisos y fritos que el resto de la población. La comodidad para preparar alimentos es ya la primera razón para la elección del menú. Sólo un 31% de los singles y un 42% de los dinkis declaran tener tiempo para cocinar, frente a un 53% de los hogares tradicionales. Suelen comer fuera (un 41% de los singles y un 21% de los dinkis) y su comida principal en casa es la cena delante de la televisión. Sus horarios de comida son poco estructurados, sobre todo de lunes a viernes, y están claramente marcados por las obligaciones, especialmente el trabajo. Comen más veces al día pero en menor cantidad.“Antes estaba el desayuno, la comida y la cena, y ahora la gente pica más entre horas. Una tendencia que va en aumento en España y en Europa y cuyo máximo exponente es Estados Unidos. Si en España ahora se hacen cuatro o cinco comidas al día, en Estados Unidos se llega a las veinte ingestas. Se está dando una desestructuración del consumo, lo que provoca que los envases tienen que ser más individuales y prácticos para poder tomarlos en cualquier sitio”, explica Xavier Lesauge.
Los singles y los dinkis se han convertido en los últimos años en uno de los segmentos más atractivos para el consumo. Son marquistas, buscan productos de calidad y de conveniencia (que les faciliten la vida) y no consideran el precio clave en sí mismo. También están cambiando la elección del centro de compra. Son más proclives a satisfacer sus necesidades en supermercados y escogen mayoritariamente las tiendas más próximas a sus domicilios.
En comparación con otros países europeos, España se sitúa todavía en las posiciones de cola en número de hogares unipersonales, sólo seguida de Grecia y Portugal, por lo que este fenómeno tiene aún mucho recorrido. El gran esfuerzo que tiene que realizar ahora la industria es innovar para adaptarse a los nuevos tiempos.“La innovación es algo que requiere dedicación por parte de las empresas pero es muy rentable a la larga. Te permite defenderte de la competencia. Vas un paso por delante y si aciertas en esa demanda social puedes generar grandes crecimientos que es lo que buscan los principales fabricantes”, concluye Lesauge.
La salud como obsesión
Otro de los campos de futuro son los alimentos sanos. La segunda razón de los nuevos consumidores para la elección de un producto es que sea saludable. La salud se ha convertido casi en una obsesión, lo que tiene un reflejo directo en el culto al cuerpo y en una preferencia por lo natural. El 79% de los dinkis declara que le gusta seguir una dieta sana y un 66% esestaría dispuesto a pagar más por un producto de mayor calidad. Los consumidores demandan cada vez más los artículos desnatados, enriquecidos (con calcio, vitaminas...) y funcionales que previenen enfermedades (colesterol, osteoporosis). En el resto de Europa triunfan en este momento los productos biológicos y en algunos países como Dinamarca, Reino Unido o Francia su consumo está llegando a ser mayoritario. Como ejemplo, el 80% de la leche que se vende en las tiendas danesas es de origen biológico. Una tendencia que en España está empezando ahora pero que promete dispararse en los próximos años.
Fuente: Tiempo
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