lunes, 28 de abril de 2008

A codazos en el H&M por un Cavalli


Autor: Jaime Viñas


La colección del diseñador italiano duró apenas quince minutos en la tienda

Quince minutos. Es el tiempo que duró en el H&M de Gran Vía en Madrid la colección limitada que el afamado diseñador italiano Roberto Cavalli realizó para la firma sueca. La tienda abrió a las 10 de la mañana totalmente engalanada y, un cuarto de hora más tarde, un tsunami formado por unas mil personas había arrasado el local. Para mujeres, sólo quedaban pañuelos para el cuello y sujetadores (14,90 euros cada uno).

H&M fue lo más parecido a un campo de batalla sin bandos definidos. Una suerte de guerra de todos contra todos para hacerse con una pieza de Cavalli a precio de ganga. La disputa más sonada la protagonizaron dos mujeres, según relató un miembro de seguridad, que se atribuían la propiedad del último vestido de noche que quedaba. De nada sirvió la dialéctica y las mujeres dirimieron sus diferencias a tortas. Por suerte, la empresa sabía la que se avecinaba y dobló la seguridad.

'La gente cogía todo lo que podía sin mirar la talla, ni el modelo. Ha sido un caos', contaba uno de los dependientes, contratado sólo para ese día.

A las 11 de la mañana, aún unas 40 mujeres se agolpaban en la cola de los probadores. En poco tiempo aquello se convirtió en un mercadillo medieval donde se intercambiaban piezas de Cavalli. La estrategia era la siguiente: las mujeres a las que no les sentaba bien alguna de las prendas esperaban en la puerta del probador a otras clientas en su misma situación para hacer el trueque. Sabían que si devolvían la pieza a su sitio, ésta volaría y ellas se quedarían con las manos vacías.

Un joven que parecía entender de moda explicaba, con cierta suficiencia, la sobredemanda: 'Lo que ha pasado es que muchas chicas del han venido para imitar a Victoria Beckham mujer de David Beckham y cliente fiel del diseñador italiano. Y para llevar algo de Cavalli se compran unas bragas de leopardo o un vestido de lentejuelas'.

Sea como fuere, el éxito de H&M es innegable. Lo sucedido en la tienda de Gran Vía se reprodució en los ocho locales de Madrid de H&M y en las otras ciudades (Barcelona, Bilbao, Mallorca, Marbella y Sevilla) donde también se presentó la colección de Cavalli. En el Paseo de Gracia barcelonés, unas 540 personan arramblaron con todo en los primeros 30 minutos, cuentan desde la compañía.

En la zona de hombres de la madrileña tienda de Gran Vía, el ambiente era más calmado. Y tras una hora de apertura aún quedaban algunas camisas (49,50 euros), calzoncillos (14,90 euros), pantalones (59,90 euros) y algún que otro moderno traje (249 euros).

H&M, competidora de Zara por precio asequible, tamaño e internacionalización, consiguió así ofrecer al público ropa de un diseñador elitista a un precio razonable. 'Soy el primer diseñador italiano de la historia de H&M, por lo que recibí con entusiasmo esta invitación', aseguró Cavalli, que viste a las multimillonarias Beyoncé, Jennifer López o Sharon Stone. Pero ayer, por un día, Cavalli dejó de ser monopolio de la jet set. Y las estaciones de metro de Callao o Gran Vía se poblaron de altivas jóvenes que entraban en los vagones con enormes bolsas en las que se leía: Roberto Cavalli. Inaudito.

•Roberto Cavalli diseñó en exclusiva para H&M 20 prendas masculinas y 25 femeninas. Todo se vendió en horas, pero lo más buscado eran los vestidos de noche de leopardo. Había dos, el largo costaba 149 euros y el corto, 79,90 euros. Pocas veces se presenta la oportunidad de adquirir un Cavalli a ese precio.

Así se fideliza

•Desde la marca H&M explican que la colección de Cavalli es un hecho excepcional y puntual. Significa que no variarán su estrategia, que consiste en comercializar ropa a un precio razonable y con la simple marca de H&M. Sin embargo, cada otoño, la firma sueca invita a un diseñador de renombre para que elabore una colección limitada y exclusiva para ellos. En ediciones anteriores, fueron Karl Lagerfeld y el dúo Viktor & Rolf. En el fondo, cuentan en H&M, se trata de fidelizar a los clientes y darles la oportunidad de comprar productos de diseñadores elitistas en su tienda habitual.

Fuente: CincoDías

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